Wednesday, November 22, 2006

INFOMERCIALEZ RULZ! - Infomerciales Televisivos.

Es común que al tomar el control remoto, casi por inercia uno hará el inevitable, por muchos odiado, pero necesario zapping. Vamos, no estemos con cuentos, si cuando vemos nuestro programa X, y los conductores claman pidiendo que "no cambien de canal", ¿que hace uno... informarse acerca del nuevo acondicionador de Pantene? (aparte hay que ser bruto con ganas si cree que al aplicar esas emulsiones, el pelo te quedara como la mina del comercial). Aceptémoslo, si los comerciales son como el apéndice: inútiles, pero están ahí. Hubo un tiempo en el cual ver comerciales me eran agradables, por que no. ¡PERO NO! No cualquier tipo de comercial... ¿Les dice algo los nombre como "Smart Shopper", "Auri", "Ab Scultor", y los indestructibles "Ginsu 2000" que tengo oxidando en mi patio hace mas de 4 años? ¡¡¡¡INFOMERCIALES!!!! Tan simplones como la tabla de 0, pero tan complejos como la Protocultura xD. Hasta hoy cuando alguien nombra la palabra "salsa", me imagino que aparecerán esos inoportunos mariachis cantando "Ay ay ay ay... Canta y no llores". Cuando veo a mi abuela picando cebollas, pienso en el Chef Tony que picaba mármol como si de mantequilla se tratara (es mentira, con suerte cortaba un par de centímetros). Tantos energúmenos que quedaron en el inconsciente televisivo... Tony Little y su Ab Isolator... El chef Tony y los cuchillos Ginsu (si mal no recuerdo, también promocionaba unas bolsas pasa cocinar en microondas), la crema Di Di Seven, que limpiaba hasta las monedas mas gastadas y roñosas. Pero los tiempo de gloria de los Infomerciales están tan enterrados como las pretensiones presidenciales de Huicamán. En el pasado quedaron los motores congelados que revivian gracias a Prolong (lubricante MOTRIZ, para aclarar, por si se da para malos entendidos), las caras de sorpresa de ese publico mas falso que el de Laura en América, y el infaltable "Aceptamos todas tus tarjetas de crédito".
Ahora me conformo con ver lo mas cercano a esas bizarras invenciones de marketing... ¡¡¡LA TELEFERIA!!! Que manera de reírme. Es que no se como puede existir el doble de Rafael Araneda, ese sujeto, pese a ser la versión post-Chernobil del conductor televisivo, es un maestro, ¡IDOLO!... Pero ese es tema para otra historia.

Por ahora, me sumergiré en mis sueños, donde no faltara una voz que me dirá "compre con calidad, compre en The Open Market". Aunque claro, no me iría a dormir sin mi Almohada Sobakawa...

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